Cada vez más alargamos la edad para ser madres y padres, por múltiples motivos, pero esta circunstancia dibuja un panorama nada favorable para la educación de los más peques.
Conforme nos hacemos más mayores, pensamos más y más en cuál es el momento ideal para tener un hijo y sin darnos cuenta nos convertimos mamás y papás abueletes.
No es que perdamos facultades para criar, pero está claro que con 40 no tenemos la energía que teníamos con 28 o 30, ¿A qué no?