A menudo nuestros días pasan tan rápido, que olvidamos
reservarnos un pequeño espacio de nuestro tiempo para nosotros mismos. ¿Cuánto tiempo
al día te dedicas a ti mismo? ¿Cuántas veces te has sentado y analizado todos
tus éxitos?....
Casi siempre, contestamos…. Pufff, si es que no tengo tiempo….
Es necesario que todos los días nos dediquemos al menos
media hora a nosotros mismos. Si no lo hacemos no vamos analizando cómo
estamos, que está pasando en nuestra vida y sobre todo que es lo que queremos
hacer de cara el futuro.
Este consejo es básico para que tomemos consciencia de cómo
estamos y cómo queremos estar.
Igual que nos cuidamos por fuera, también debemos cuidarnos
por dentro, porque la imagen que proyectamos a los demás no es solamente la
exterior. Hay un brillo interior que si no lo cultivas y lo cuidas, se va
apagando.
Si aprendes a cuidarte y a quererte, tu brillo interior
destacará.
Lo primero de todo es aprender a analizarnos, debemos saber
de dónde partimos para poder desarrollar nuestra propia estrategia personal de
mejora.
Haz un listado con tus defectos y cualidades.
Habrá defectos o limitaciones que
se podrán corregir y otros que no, no te centres en aquello que no puedes
cambiar, pero sí en aquello que puedas cambiar y convertirlo en una cualidad.
Si no te prestas atención, jamás podrías
empezar un plan de choque para cambiar tus resultados.
¿Cuántas veces te dices al día lo
bueno/-a que eres en algo?
Pocas o ninguna, pero a que cuando
cometes un error te lo recuerdas una y otra vez, ¿Por qué?
Aprende a emplear tu media hora al
día para decirte en qué eres bueno/-a y sobre todo para revisar tu propio plan estratégico
para alcanzar cada uno de tus objetivos vitales.
¡Quiérete mucho! y empieza a cuidarte por dentro....
No hay comentarios:
Publicar un comentario