La constancia a veces es una de las virtudes más valoradas,
pero que a veces, por no decir casi siempre, va acompañada de momentos de frustración.
Y esto se debe a que desde muy pequeños nos recuerdan la importancia de conseguir todos los objetivos que nos propongamos, pero no nos suelen enseña que un logro vital viene acompañado de una planificación previa y están adornados de momentos felices y otros más frustrantes.
Septiembre es un buen mes para plantearnos nuevos objetivos,
desde empezar el gimnasio, cambios en nuestra alimentación, dejarse de morder
las uñas, hasta proponerse cambiar de trabajo……
Junto con Enero son los meses en los que más objetivos nos
planteamos, pero…. ¿Realmente somos constantes con todos esos objetivos que nos
planteamos?
La mayoría de ellos se quedan en el camino, es fácil
encontrar en nuestro listado de objetivos de enero la mayoría de los objetivos
que anotamos en septiembre, ¿A que sí?
Sé que igual te sonríes al leer esto y pienses, bueno ya….,
pero es que no soy nada constante. Jajajaja.
La verdad es que somos constantes con aquello que realmente
nos importa, con aquello que realmente estamos comprometidos.
¿Qué le hace a un opositor estudiar durante años para
aprobar una plaza? Sin duda, la constancia y no por ello, durante todos esos años
de preparación no hay momentos de frustración, porque como a todos nos gusta encontrar
resultados a corto plaza y no a largo plazo.
La clave está en la planificación, si has conseguido por fin
un objetivo/meta que realmente te importa y con el que sinceramente te
encuentras comprometida, planifícate y traza tu estrategia. No hay nada
imposible y la única persona válida para poder alcanzar tus sueños, sólo eres
tú.
La constancia no debe ser sinónimo de sufrimiento ni de
desesperación, debe ser sinónimo de tu logro personal. Si en ese camino,
flaqueas.., no te preocupes, probablemente es un fallo en tu planificación,
rediseña tu planificación y sigue adelante.
Debes tener en cuenta que en un largo camino, también pueden
suceder cosas inesperadas que te hagan cambiar de rumbo, no te sientas mal,
sencillamente tus objetivos o metas han cambiado sin más.
No siempre dejamos cosas por el camino por falta de
constancia, a veces simplemente surgen otras experiencias en nuestras vidas que
nos hacen cambiar de rumbo y de metas, pero de esto se trata la vida, de
vivirla.
No te agobies si estás en medio de una crisis, donde no ves
claro a que metas debes comprometerte, de todas las crisis siempre se saca algo
positivo.
El problema está es cuando te encanta estar demasiado tiempo
en un estado de indecisión constante, protegido por la duda de no saber qué
hacer, el tiempo pasa y puede que estés dejando escapar oportunidades que te
valgan la pena, recuerda que esos momento pedir ayuda a un psicólogo es
totalmente sano.
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